Feliz lunes a todos, soñadores.
Las hojas del calendario siguen pasando y en menos de lo que esperamos ya tenemos aquí la Navidad, la fiesta familiar por excelencia. Sin embargo, no solo es sinónimo de reencuentro o de regocijo. También es momento de tomar copiosas comidas y, ¡cómo no!, de intercambiar regalos. Elegir el presente ideal nunca es fácil y por eso precisamente escribo hoy esta entrada. Para daros algunos ideas que, por otro lado, tampoco me vendrán mal a mí.
1. Un libro: sin género de dudas, el mejor regalo para los amantes de la lectura. Si tienes algún familiar al que le entusiasme la lectura, no lo dudes y sorpréndele con una historia que le llegue al corazón. Si le gusta la fantasía y las novelas de corte juvenil, El Guardián entre los mundos podría ser un buen regalo. Si quieres un ejemplar, habla conmigo.
2. Una taza: es posible que parezca un regalo simple, pero no lo es. Porque todo el mundo desayuna o merienda. Una taza personalizada o que contenga alguna imagen de algo que le guste hará las delicias de tu amigo, pareja o familiar. A mí me encantan y tengo de todo un poco: Harry Potter, Supernatural, un gatito chibi, la portada de mi libro... Las opciones son enormes y es un detalle con el que se suele acertar.