miércoles, 29 de marzo de 2017

Crónica de la Presentación en la Casa del Libro

Hola, soñadores.

Estoy segura que algunos de vosotros os habréis preguntado por qué no ha habido entrada el pasado lunes. La razón es muy sencilla: he estado hasta arriba de trabajo, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Además, tuve visita el fin de semana y hasta hace bien poco no he podido sentarme a escribir. Como no podía ser de otra manera, en esta ocasión os hablaré de la presentación de El Guardián entre los mundos del pasado día 22.

La verdad es que estaba un poco nerviosa, porque en esta ocasión me tocaba hacerla en solitario, pero también muy contenta. Tenía mucha ilusión por poder compartir con algunos de vosotros lo que esta novela (espero que la primera de muchas, lo deseo de todo corazón) ha significado en mi vida. En los trayectos en transporte público (cada día me toca coger un tren y un metro tanto a la ida como a la vuelta de mi trabajo) y en casa cuando tenía algo de tiempo preparé un pequeño esbozo sobre mí y mi novela. 

Además, como persona positiva que soy, preparé cinco modelos de frases optimistas para entregar a las personas que se acercaron hasta la Casa del Libro de la Calle Fuencarral, en Madrid. Son las siguientes. Ya me diréis qué os parecen.

Si es imposible, significa que puede hacerse.
Hazlo o no lo hagas pero no lo intentes. 
No todos los días son buenos pero todos los días tienen algo bueno.
No te pierdas las pequeñas alegrías de la vida mientras esperas la gran felicidad. 
No existe nada más contagioso que el entusiasmo. Déjate contagiar. 

Tras la presentación por parte de Entrelíneas Editores, hablé durante más de una hora sobre mi faceta como escritora. Estaba nerviosa, lo podía notar, y me sentía rara al hablar con gente con la que suelo tomar algo o compartir mesa en reuniones o juegos. A pesar de ello, me lo pasé muy bien y contesté a muchas preguntas: desde la creación de personajes a la idea de la historia pasando por algunas más personales (siempre centradas en el libro, por supuesto).

Quiero dar las gracias a todos los que me acompañasteis aquella tarde de miércoles. En especial a mi Beli (te quiero muchísimo, mi vida), a mis amigos de la Cofradía del Dragón, a mis antiguos compis de trabajo y a los actuales. Sin vosotros, nada de esto habría sido posible. También a los que no pudisteis pasaros, porque me disteis todo vuestro apoyo, tanto por mensajes, llamadas y redes sociales. Gracias, mil gracias.

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