domingo, 23 de octubre de 2016

Ellos son mi modelo a seguir

Buenas a todos, amigos.

Vuelve a ser lunes, y como cada arranque de semana os traigo una actualización del blog. He estado pensando mucho de que hacerla esta semana y he llegado a la conclusión que es un buen momento de hablaros de los escritores que más me han inspirado. No sólo para escribir El Guardián entre los mundos, sino también para querer dedicarme incluso con más ilusión a esto de unir letras. Probablemente, algunos de ellos os sorprendan y otros no tanto, pero es algo que quiero compartir con todos vosotros y que espero que os haga conocerme un poco mejor. Allá vamos.

Empezaré nombrando a quien para mí uno de los mejores escritores de nuestros tiempos: Félix J. Palma. Mi paisano (el escritor es de la provincia de Cádiz como yo) es un maestro de las letras, creo que ese es el modo que mejor tengo para definir su forma de escribir. Cuando leí, creo que era el año 2008, El mapa del tiempo quedé tan fascinada que diría que algo despertó dentro de mí y empecé a tomarme el asunto más en serio. En esa época comencé una novela inconclusa que tiene un especial valor sentimental para mí y que juro que acabaré y, además, comencé a interesarme por los mundos paralelos. La pluma refinada y llena de matices de Palma, así como el hecho de haberse basado en los escritos de H.G. Wells, supuso un antes y un después para mí. Lo reconozco.

Mi amor por Japón hace que otro de mis autores más admirados sea el espectacular Haruki Murakami. El escritor ha conseguido que crea en la magia de nuevo. Tal y como lo oís, sus historias llenas de simbolismo y sus ideas en ocasiones surrealistas o descabelladas hacen que mi parte más racional pierda un poco la cabeza, nunca mejor dicho, y sueñe con otras realidades. Con otros personajes que normalmente no estarían a mi alcance y en definitiva, con unos sueños y expectativas que me ayudan a coger el bolígrafo y seguir contando historias. El primer libro que leí del autor japonés fue Sputnik, mi amor y me dejó tan intrigada que debo confesar que estoy intentando hacerme con todas las obras de Murakami. 

David Lozano tampoco podía faltar en este particular homenaje. Recuerdo perfectamente cómo conocí a este autor, fue gracias a una amiga muy querida que ahora desempeña la labor más bonita del mundo: ser mamá. Ella me dijo que había visto un libro en el que algunos de los personajes eran góticos. En aquella época yo vestía siempre de negro y tenía la manía de llevar guantes cortados y el pelo permanentemente rizado, quizás por eso me llamara la atención el primer volumen de La Puerta Oscura: El viajero. Lozano volvió a hacerme creer de nuevo en la novela juvenil, y quizás por eso me decidí a escribir una así. La sencillez en las palabras del autor pero también su capacidad de evocar lugares conocidos fue lo que me ha impulsado a ser una gran amante de la novela juvenil.

Para terminar, y no por ello es el menos importante, debo dar las gracias a Javier Sierra. Aunque ni mi primera novela ni mi estilo en general tienen mucho que ver con el colaborador de Cuarto Milenio, me siento obligada a hablaros de él y de su influencia en mí. Con Sierra volví a sentir curiosidad, sí, como os lo digo. Sierra me hizo volver a interesarme por uno de mis géneros favoritos como lectora: la novela histórica y con obras como La cena secreta o El ángel perdido retomé una de mis pasiones. También me interesé mucho por la documentación y por el carisma que tienen muchos de los personajes de este fantástico escritor al que tanto admiro.

Podría nombrar a otros muchos que me han hecho sentir la magia, la ilusión y las ganas de escribir. Matilde Asensi, Carmen Guaita, JR Ward, Arturo Pérez Reverte, Carlos Ruiz Zafón, Cassandra Clare, JK Rowling, Patrick Rothfuss, Camilla Läckberg, Albert Espinosa, Jussi Adler-Olsen, Esther Sanz, Jim Butcher, María Dueñas, Kathy Reichs, George R.R. Martin, Rick Riordan... Gracias, infinitas gracias.

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