El frío, la lluvia y la nieve marcan el inicio de esta semana, soñadores. ¿Cómo estáis hoy, qué planes vais a llevar a cabo estos siete días que se nos presentan? Yo tengo mucho que hacer, no solo sigo con la corrección editorial (en la que estoy inmersa), sino que también tengo muchas ganas de retomar proyectos que quedaron a medias debido a las circunstancias.
Uno de ellos es la novelización de Programa Lázaro. Ya había dirigido una partida de rol usando este mundo como telón de fondo, de hecho era una especie de precuela, pero creo que aún puedo sacarle mucho más jugo. Me encanta la idea de continuar la historia a partir de donde se quedó en el relato. No os daré muchas pistas pero si que os adelanto que en la novela tengo la intención de profundizar más en la cultura y forma de vida de los de arriba así como presentaros nuevos personajes de ambas sociedades. Aún no tengo claro si su título seguirá siendo Programa Lázaro o si habrá otro alternativo. Sigo trabajando en ello.
También estoy trabajando en otro proyecto del que creo que no os he hablado aún. Se trata de una historia de fantasía que llegó a mí cuando menos me lo esperaba. Estaba en el hospital (una de tantas veces antes de que mi padre se apagase) y mi madre me dijo una frase. Una que hizo que algo se encendiese en mi mente. Se trata de una novela larga y en la que tengo que trabajar, pero que creo que merecerá la pena. Me encantaría contaros un montón de cosas, pero aún tengo mucho que hacer y ni siquiera he decidido qué haré cuando la acabe. Lo que sí puedo deciros es que los sueños son muy importantes en esta novela.
Os seguiré informando. Mientras echadle un vistazo a El Guardián entre los mundos y escribidme si necesitáis algo. ¡Muy feliz semana!
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