Los lunes son para los soñadores. Para los que buscan dragones en la cotidianidad. Para las personas que siguen creyendo en las hadas y no dejan de hacerlo, porque todas desaparecerían. Hoy va por los optimistas, por los que piensan que todo saldrá bien a pesar de todo y se levantan una y otra vez. Por las sonrisas, por la fantasía y por todo lo demás.
Sí, soñadores. Ha llegado el lunes y hoy comparto una nueva entrada con todos vosotros. En esta ocasión vengo a escribir sobre dos seres fantásticos que me gustan mucho. Cada uno a su manera. Para empezar, os hablo de las hadas. Creo que estas protectoras de la naturaleza tienen mucho encanto, no solo por cómo han ayudado a los personajes de Disney en sus horas bajas, sino por su propia esencia. Nacieron gracias a la imaginación, la tradición y las leyendas y forman parte de ese mundo de elfos, gnomos, duendes, sirenas y gigantes que tanto nos gusta a los amantes de la fantasía. Me gusta que la mayor parte de ellas se represente con alas de mariposa. Son hermosas y exóticas, todo un misterio.
En cuanto a los dragones, debo reconocer que tengo una pequeña obsesión con ellos. Me parecen unos seres mitológicos preciosos estéticamente, tanto los que pertenecen a la tradición europea como los que están asociados a la mitología asiática. Las referencias a los dragones se han dado en infinidad de ocasiones en la historia. Todo apunta a que los fósiles de dinosaurios han sido las que hicieron a las culturas de la tierra imaginar a estos seres. Nunca dejará de sorprenderme la imaginación del ser humano.
En mi caso, y en una de las novelas en las que ahora trabajo, los dragones son parte fundamental de ella. Debido a todos los libros y las películas que he leído y visto, respectivamente, he creado mi propio universo de dragones del que pronto os haré partícipe. La idea de que estas criaturas sean inteligentes y tengan conciencia siempre me ha atraído y es una de las cosas que aparece reflejada en la historia de J una y otra vez.
La verdad es que estoy deseando compartirlo con todos vosotros. Pero, de momento, me conformaré con dejaros este texto y las imágenes que lo acompañan. Larga vida a los dragones y a las hadas.
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